Nombre:
Samael Balaur
Apariencia: Al pertenecer al clan Tzimisce, tiene la
capacidad de moldear su apariencia física a su gusto, pero normalmente elige
apariencias cercanas a su aspecto mortal. Cabello largo, liso y negro como la
noche, piel pálida, ojos sorprendentemente claros como el hielo y siempre
mostrando unas facciones físicas imponentes y sombrías.
Historia: Nacido alrededor de 1880 en una decadente y
aristocrática familia Válaca conformada por unos padres de convicciones y
creencias fuertemente arraigadas en el paganismo tradicional. Su madre, de
orígenes Austriacos siempre educó a su hijo de forma culta e intelectual en el
paganismo germánico y de Europa del este. Al contrario que su padre, que en
poco tiempo adoptó una fuerte actitud de desprecio a todo aquello al
convertirse al cristianismo.
Tanto fue su fanatismo que el propio nombre de Samael, “El Veneno de Dios”, le fue puesto a su único hijo a modo de recordatorio de lo diabólico y perturbadamente perverso de la naturaleza humana.
Tanto fue su fanatismo que el propio nombre de Samael, “El Veneno de Dios”, le fue puesto a su único hijo a modo de recordatorio de lo diabólico y perturbadamente perverso de la naturaleza humana.
Así pues, el joven Samael creció en medio de dos mundos en
constante oposición, las creencias paganas tradicionales provenientes de su
madre por un lado, donde las historias y relatos de dioses, héroes y magias
olvidadas fascinaban la mente del joven muchacho. y el cristianismo tiránico y
fanático de su padre por otro lado, con sus ideas pecaminosas de condenación
eterna y martirio siniestro, marcando a sus ídolos como figuras cercanas a Vlad
“el empalador”, a quien llegaba a
considerar un héroe nacional frente a la amenaza impía del enemigo. Esta
situación perduró hasta la muerte de su madre, la cual fue encontrada muerta en
extrañas circunstancias, aunque nunca se pudo culpar al padre de Samael.
A partir de ese hecho trágico, la vida de Samael Balaur dio
un drástico y siniestro giro. El fanatismo de su padre aumentaba día a día,
viendo al resto de humanos de su población como pecadores despreciables, como
demonios maligno a erradicar. Tanto fue así que como si un moderno inquisidor
se creyera, comenzó a capturar y torturar uno a uno a los habitantes de su
pequeño pueblo y obligar a su hijo a contemplar tal atroces actos,
instruyéndole en como ofrecer el mayor dolor posible a tan diabólicas
criaturas.
Así pues, los estudios del joven se repartían entre la
cultura tradicional, la filosofía, las artes ocultas y el dolor y la muerte
ajena proporcionadas por el fanatismo más absoluto del demente sanguinario en
el que se había convertido su padre. Pero la situación no logró perdurar
indefinidamente, ya que durante un viaje personal, el patriarca de la familia
fue brutalmente asesinado por un grupo de asaltantes, quienes clavaron su
cabeza en una estaca como represalias a sus crueles y sádicos actos.
Aquella venganza no pasó desapercibida por Samael, quien
comenzó a pensar en las enseñanzas sádicas de su padre sobre la maldad y lo
diabólico de la naturaleza humana. Pero a diferencia de su padre, el cual
castigaba a sus víctimas, Samael pretendía tener un enfoque mucho más técnico,
pretendía estudiar y comprender los límites de la maldad, la muerte y el dolor
y para ello, sus objetos de estudio fueron los desgraciados habitantes de su
pueblo, a los que sometía a terribles experimentos utilizando como arma de
contención, el brutal y despiadado miedo y control que ejercía sobre sus
prácticamente esclavos compatriotas.
30 años después de su nacimiento, un nuevo y trascendental
hecho sacudió su vida mortal. Un extraño individuo que decía ser sacerdote y
medico pidió asilo en el castillo de la familia Balaur. Samael le concedió sus
suplicas, ya que era tradición en la familia la buena hospitalidad con aquellos
que así lo pidiesen. Aquel extraño decía provenir de una región alemana de
centro Europa acosada por terribles y crueles actos de depravación y satanismo
y que venía huyendo de ellos para no resultar infectado por la influencia
diabólica del maligno como muchos otros lo había sido.
Al oír aquello, Samael se regocijó y confiando en los ojos expertos del sacerdote, quiso mostrarle el objeto de su estudio sobre la maldad humana.
Él esperaba una grata aprobación por parte del sacerdote, pero lo que se encontró fue bien distinto, resultó que aquel sacerdote, impresionado por unos actos tan brutales y atroces de salvajismo y sadismo minucioso y perfeccionista, mostró su verdadera imagen.
La de un ser de increíble maldad, la de un vampiro Tzimisce que venía huyendo sí, pero de los acosadores brutales que pretendían acabar con su profana existencia.
Al oír aquello, Samael se regocijó y confiando en los ojos expertos del sacerdote, quiso mostrarle el objeto de su estudio sobre la maldad humana.
Él esperaba una grata aprobación por parte del sacerdote, pero lo que se encontró fue bien distinto, resultó que aquel sacerdote, impresionado por unos actos tan brutales y atroces de salvajismo y sadismo minucioso y perfeccionista, mostró su verdadera imagen.
La de un ser de increíble maldad, la de un vampiro Tzimisce que venía huyendo sí, pero de los acosadores brutales que pretendían acabar con su profana existencia.
Tras el abrazo y el paso de los años, aquel sacerdote se
instaló en el castillos familiar, instruyendo al recién creado vampiro como un
buen Sire, mostrándole los secretos de su clan, mostrándole las habilidades
necesarias para sobrevivir y desvelándole los secretos del nuevo mundo de
tinieblas en el que acababa de renacer. Las historias del clan se desplegaban
ante él con relativa facilidad, las épocas de gloria, las ideas de grandeza y
como todos se sometían y doblegaban ante su poder. Y tampoco le costó
comprender los secretos más ocultos, ni aprender a dominar las artes y
disciplinas que le eran enseñadas.
La primera guerra mundial pasó con relativa tranquilidad
para ambos, quien encerrados en su decadente escondrijo y rodeados de todo un
equipo de esclavos mortales, siguieron dando rienda suelta a sus atroces actos
y a sus interminables estudios que se prolongaban indefinidamente a lo largo de
los años, mantenidos por el incondicional miedo que las gentes del desdichado
pueblo sentían por sus crueles amos. Lo cual les permitió a ambos adquirir un
gran nivel de conocimientos, demostrando Samael, que era un talentoso aprendiz
y un aun mejor maestro en ocasiones.
Pero nada es eterno y todo tiene un fin, y este fin
llegó al estallar la segunda guerra mundial cuando los fuegos de la guerra
llevaron la destrucción a su pequeño pueblo. En un principio, pensaron que los
campos de concentración serían una buena oportunidad de estudio y de obtención
de individuos vivos para sus experimentos y por ello desde un primer momento
mostraron simpatías con el régimen nacionalsocialista alemán, pero solo en
principio, ya que con el avance de la guerra, la situación se volvió
insostenible y no quedó otra solución que emigrar, muy a pesar de los deseos y
tradiciones de los territoriales tiranos Tzimisce. Dejando al más absoluto
abandono el castillo Balaur y embarcándose en un viaje que le llevaría a su
nuevo hogar. Su Sire no logró sufrir su misma suerte pues encontró la muerte
durante la desesperada huida, a manos de tropas soviéticas en el Octubre de
1944, dejando de este modo solo y libre a su joven y a la vez experimentado vástago.
Hola!!, te escribo desde el blog literario
ResponderEliminarLa Biblioteca de la Morgue,
un blog en el que podrás encontrar reseñas literarias, críticas de películas, concursos y muchas secciones más, ¿Te unes?. Yo te sigo desde ya. Por otra parte comunicarte que estoy buscando colaboradores y veo que tú eres una persona a la que le gusta leer. Espero que te haya gustado Memnoch el Diablo, está genial :). Pues eso, que busco gente a la que le guste dar su opinión acerca de los libros que han leido, es decir, hacer reseñas. Si te interesa, pásate por mi página. Me ha gustado mucho la ficha que has hecho de Samael. Me gustaría mucho que colaborases en mi página ya que tenemos gustos muy similares. Bueno, ya me dirás algo :)
¡Nos leemos!
Bisous
Nadja,
La Biblioteca de la Morgue
La idea me parece muy interesante. En la medida de lo posible si qu eme gustaría colaborar en tu página, así que tan solo dime que necesitas o que debo hacer y empezaremos a trabajar juntos desde ese momento. ;)
EliminarBesos