domingo, 30 de octubre de 2011

Noche Invernal

Fría la tumba cubierta de hielo,
alma eterna que vaga perdida,
sus ojos vacios maldicen al cielo.
¡Sacrílega oscuridad sin salida!

Lascivia inocente de un alma pura,
blasfemo el deseo del ángel caído,
cuando ríos de sangre lloró la luna,
el filo de la muerte fue complacido.

El lúgubre amor de la noche invernal
y la enferma envidia de aquella pasión,
con el pálido fulgor del acero al chocar,
cien puñaladas desgarraron su corazón

Canto fúnebre de un gris caballero,
dulces almas por la muerte marcadas,
truncado el deseo y sus alas cortadas,
tan funesta condena por un te quiero.



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