lunes, 9 de septiembre de 2013

Mentiras Verdaderas

"Escribir es el arte de colocar palabras bellas en los lugares adecuados. Combina, enmaraña, teje una red de mentiras verdaderas, de verdades mentirosas que dibujen un lienzo a través del cual dejes volar tu imaginación y lo que es más importante, la imaginación de aquel que te lee."


sábado, 7 de septiembre de 2013

Fée Verte

He vuelto a volcar el vaso sobre los escritos, con esta van tres veces ya. Me tiembla el pulso y apenas puedo escribir sobre el papel; está muy húmedo, rezuma alcohol por cada poro. Este olor a absenta no se irá fácilmente y presiento que estoy malgastando la tinta, la tinta... y mi dinero. Este es ya el último pago que malgasto persiguiendo al dragón, creo que ya acabó eso de comprar atisbos de genialidad con el dinero de mis encargos y más aun cuando ni siguiera puedo pasar de esta condenada línea.
Frente a sí se encontraba un descolorido folio de papel color café, con una oscurecida mancha provocada por la infame hada verde, sobre el que se dibujaban unos simples versos:

"Si tan solo pudiera de este tormento despertar,
rasgar la realidad de mi demonio interno,
sangrar gota a gota de mi placer eterno,
y desplegando mis alas desde la oscuridad volar."

Escapar, huir, volar de aquel lugar era lo único que se me pasaba por la mente, pero ¿Por qué? ¿Huir de donde? ¿De esa vida de mal vivir y negocios clandestinos con traficantes de versos rotos, de ese escritorio empapado en los restos de la droga esmeralda, de ese descolorido papel escrito como si de un acertijo propiciado por los vapores de oriente se tratase? ¿Qué maldita cosa debía hacer?

Un duro golpe de mi puño retumba en toda la estancia, un pequeño cuarto apenas iluminado por una tenue vela sobre el escritorio que trazaba las distorsionadas y esperpénticas sombras chinescas de la frustración de un escritor sobre una hija de papel.
Derrotado por la falta de inspiración, cuantas veces había padecido la humillación de la derrota ante tan monstruoso enemigo, cuantas veces habían sufrido sus sueños al ser sacrificados.
Un momento, ¿Sueños? Eso es, lo tengo, lo descubrí, tengo la esencia, voy a escapar de este lugar, o de este estado, no se muy bien como llamarlo, pero voy a largarme de esta espantosa y diabólica oscuridad.
Un papel marcado con unos versos, introducido en una malgastada botella del hada verde, un poco de fuego, la chispa que puede proporcionar una tenue vela en un oscuro cuarto... et voilà!
Una gran llamarada de refulgentes llamas verdosas que se alza inundando todo el escritorio. Si, lo necesitaba, necesitaba escapar, necesitaba morir para salir de ese lugar.
Y desperté sobre la mesa de mi verdadero escritorio, envuelto en sudor. Un trago de absenta me aclaró las ideas, unos trazos de tinta me dieron el sustento, luego mi mano simplemente se limitó ha plasmar la inspiración.


jueves, 5 de septiembre de 2013

A Través Del Espejo.

-La vida es un espejo-. Concluyó el anciano a la vez que se mesaba la barba. -Te devuelve reflejado aquello que realices-.
-¿Y como se pasa al otro lado del espejo, abuelo?-. Preguntó intrigado el niño que, con la mirada de la inocencia infantil, contemplaba el rostro de aquel señor mayor.
-¿Y por qué alguien querría pasar al otro lado?-. Respondió retórico el abuelo.
El niño de cabellos rubicundos se quedó pensativo unos instantes.
-Pues... para ver como es el mundo al revés-. Respondió inocente.
-¿El mundo al revés?-. Preguntó el abuelo con cierta intriga.
-Si, los espejos muestran la imagen al revés-. Dijo el niño sonriente. -Así que dentro del espejo el mundo debe ser al revés; los hombres hacen la paz en vez de la guerra, cada vez hay menos hambre, el amor triunfa sobre la muerte y los sueños se hacen realidad: El mundo al revés. Yo quiero ver el mundo al revés, ¿Como se puede pasar al otro lado del espejo, abuelo?-.
El anciano se quedó asombrado ante las palabras que decía su nieto y por un momento no supo que responder ante tan noble, aunque imposible, planteamiento.
-Veras pequeño, para ir al otro lado del espejo, al mundo al revés, tan sólo debes plantarte frente al espejo y decirle a tu reflejo: Voy a ser un hombre al revés. Y actuar como actuaría un hombre del mundo al revés. Hacer la paz en lugar de la guerra, no dejar que el hambre avance, perseguir el amor y la felicidad y hacer realidad los sueños. Así poco a poco, cada vez estarás más cerca de estar al otro lado del espejo-. Respondió sonriente y orgulloso el abuelo.
-Ser un hombre al revés-. se dijo para si el niño. -Ser un hombre al revés-. Volvió a repetir a la vez que salía corriendo alegre en busca de un espejo en el que mirarse y dejando a un meditabundo anciano.
-Ojalá hubiera más hombres al revés-. Suspiró para sí aquel desgastado soñador mientras se mesaba la barba.