lunes, 22 de octubre de 2012

¿Quién estará dispuesto a unir su acero al mío?

¿Alguna vez os habéis planteado que es lo realmente fantástico de los cuentos y leyendas? No es la aparición de formidables dragones, ni de magos capaces de enamorar a la luna con el susurro de sus palabras, ni siquiera la existencia de dulces ninfas o sensuales hadas, no.
Lo irreal radica en el héroe, el defensor de la justicia, que busca propagar el bien por la faz de la tierra y que culmina su noble cruzada triunfante colmado de riquezas. Esa es la verdadera fantasía, pues en la vida real eso es lo que nunca ocurre.
Podrás encontrar fieros dragones malvados que custodien las torres donde bellas doncellas yacen prisioneras, podrás combatir contra gigante y diablos, podrás perseguir tus sueños hasta los confines del mundo, pero siempre e irremediablemente fracasarás.
Aquellos dragones triunfarán quedándose el oro, la gloria y porque no decirlo, el amor. Y no podrás hacer nada por evitarlo, pues en la vida el héroe muere y el villano roba sus sueños y aniquilas sus ilusiones.
Es por eso que el ser humano tiene esa necesidad de cuentos y leyendas, de nobles relatos de heroicas aventuras y triunfantes victorias, es por eso por lo que en las historias, el mal siempre es derrotado, porque el ser humano necesita encontrar un mundo, otro mundo, donde el héroe prevalezca y triunfe y donde la felicidad lo llene por siempre jamás.
Ahora yo te planteo, pues la vida no es una de esas historias, debes elegir. ¿Serás un valiente caballero en busca de su destino o por el contrario serás un vil y despiadado dragón? En ambos casos el final del camino será el mismo, la inexpugnable muerte del cuerpo físico. No obstante, si elijes el primer camino estarás alzando tu espada en nombre la justicia, lucharás por hacer del mundo un lugar mejor y morirás luchando por tu felicidad y la de los tuyos. El otro camino, el camino del dragón, es el camino fácil, no necesitarás alzar tu espada, no necesitarás luchar contra el mundo, conseguirás el oro, la gloria, el amor y la felicidad, lo obtendrás todo solo a cambio de una cosa, hacer del mundo un lugar un poco peor cada día.
Y bien, ¿Quién estará dispuesto a unir su acero al mío?

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